Me fascina el cine, tengo tantos recuerdos de tantas películas que, más que recordar juegos de la infancia, recuerdo películas. Por ello, no puedo evitar hablar de cine clásico, cine de los años 30, 40, 50…
Empecé a amar el cine clásico con cuatro películas:
- Casablanca (1942) de Michael Curtiz
- Cumbres Borrascosas (1939), de William Wyler
- Rebeca (1940), de Alfred Hitchcock
- ¡Qué bello es vivir! (1946), de Frank Capra
Pensad en estos cuatro títulos, en sus grandes directores y que en ellas sus interprétes son Humphrey Bogart, Ingrid Bergman, Laurence Olivier, Joan Fontaine, Merle Oberon, David Niven, James Stewart…
Luego vinieron muchas más (no os perdáis las de cine mudo, son joyas), pero estas marcaron el inicio de mi pasión por el cine. Os las recomiendo. Una de ellas, ¡Qué bello es vivir! la tengo que ver al menos una vez al año, porque es una auténtica terapia para el cuerpo y el alma. Ojalá las televisiones programaran, durante todo el año, ciclos de cine clásico.
Por supuesto, el listado de películas es infinito, pero las de Bette Davis, Ingrid Bergman, Montgomery Clift, James Stewart o Cary Grant, creo que las he visto todas. Son tantas y todas tan maravillosas…
Han pasado más de ochenta años y aún perdura la esencia del cine clásico. Forman parte de la Historia del cine, frases como estas:
“La tocaste para ella. Tócala para mí. Si ella la resistió, yo también. Tócala”,
“El mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos”
“Si todo pereciera y él se salvara, yo podría seguir existiendo; y si todo lo demás permaneciera y él fuera aniquilado, el universo entero se convertiría en un desconocido totalmente extraño para mí.”
“No he sido yo quien ha roto tu corazón, te lo has roto tú misma, y al hacerlo has destrozado, de paso, el mío”.
“Si crees que somos felices, lo seremos… No sé nada sobre la felicidad”
“Quisiera que se inventara algo para embotellar los recuerdos, igual que los perfumes, y que nunca se desvaneciesen. Y que cuando yo quisiera pudiera, destapando la botella, volver a revivirlos.”
“La vida de cada hombre afecta a muchas vidas. Y cuando él no está, deja un hueco terrible”.
“- Mamá dice que cada vez que suenan unas campanillas un ángel ha ganado sus alas”
Mayte López (noviembre, 2020)
Realmente sin el cine clásico no tendríamos el cine actual. Los 40 y 50 fueron geniales para el cine, con una generación de actores para quitarse el sombrero. ¿Y que decir los 20 con el cine mudo, Keaton, Chaplin, Stan & Ollie, etc=
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Así es. Tienes mucha razón, el cine mudo contiene títulos que son auténticas joyas. De mi infancia recuerdo mucho las películas de El Gordo y el Flaco, Keaton y qué voy a decir del maestro Chaplin…todas ellas películas geniales. La verdad que el cine es una auténtica maravilla.
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