15 de mayo de 2032

La última Sala de cine cierra sus puertas. Han sido meses de duro trabajo, de despidos; primero fue el acomodador, después el palomitero y sus palomitas y hace apenas unos días, el vendedor de la taquilla.

No se vendían casi entradas por Internet, muy pocas en el cine. Ni campañas del día del cine ni las buenas películas han logrado evitarlo.

Los expertos aseguran que es un fenónemo que está sucediendo en todas las ciudades europeas y que, muy pronto, ocurrirá también en la llamada ‘Meca del Cine’.

Atrás quedan esas pantallas gigantes, ese sonido Dolby Stereo que te envolvía en todas direcciones, esa butaca y esa oscuridad en la que te quedabas a solas con una historia que te hacía llorar, reír, pensar y con la que regresabas a casa dándole vueltas en tu cabeza.

La Meca del Cine’ se traslada a la ‘caja tonta’ y en el peor de los casos, a una pantalla de móvil u ordenador. Ahora, las películas las veremos levantándonos tantas veces como cervezas nos tomemos y pulsaremos pause para hacer pipí (o popó) y, entre medias, consultaremos los mensajes de whatsapp, no vaya a ser que nos perdamos el ultimo vídeo viral del anónimo de turno con ganas de rídicula fama. Al día siguiente, ni nos acordaremos de qué película vimos la noche anterior.

Con nostalgia y melancolía, hemos dejado que el cine acabara en manos de insípidas plataformas que han ganado la batalla a la pantalla grande.

Mayte López

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Este relato surge por miedo a que, algún día no muy lejano, sea una noticia real (ojalá no lo sea nunca).

Con este micro participo en el #Microrreto2032 de ‘El Tintero de Oro’.